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Nuestra historia
Los inicios de Esporádica se remontan a la década de 1950, cuando Doña Esperanza Pérez preparaba dulces tradicionales para vender en el mercado del Puerto de Progreso.
El nacimiento de una marca de perfumería inspirada por la cultura yucateca
Progreso de Castro es una de las ciudades portuarias más importantes del Estado de Yucatán, entidad del sureste de México. Conocida por sus ferias, gastronomía y preciosos atardeceres, Progro es una localidad muy querida por los yucatecos.
Fue ahí donde nació Doña Esperanza Pérez, quien después de casarse y tener varios hijos, decidió comenzar a preparar dulces tradicionales para vender en el mercado, con el objetivo de ganar dinero para apoyar a su familia. Famosa por su confitería, entre sus preparaciones más pedidas se encontraban el majablanco, los merengues y los mazapanes.
Gracias a su dedicación y arduo trabajo como madre y repostera, logró formar una familia muy unida y amorosa. Sus hijos crecieron y se convirtieron en grandes profesionistas, trabajando en el gobierno local, dando clase y abriendo sus propios negocios.
Hoy, 70 años después, sus descendientes fundaron Esporádica, una marca de perfumería y artículos de tocador inspirados por la cultura y naturaleza del Estado de Yucatán, así como por la vida y obra de Doña Esperanza.
Orgullosamente podemos decir que todos nuestros productos se manufacturan a pequeña escala en la ciudad de Mérida, colaborando con varias empresas locales para generar perfumes, jabones y aromatizantes de gran calidad.
Este proyecto surgió por el amor a la perfumería y a la tradición pero, ante todo, nuestro objetivo es mantener vivo el recuerdo de Esperancita.